Caracol | Octubre 13 de 2006
Con el proceso de extinción de dominio que el gobierno adelanta en los bienes de los narcotraficantes, muchas de esas propiedades fueron destinadas para uso de entidades del gobierno y otras se encuentran en el abandono, según se desprende de una investigación adelantada por Caracol Radio. Las propiedades mas significativas, y que aún recuerdan los colombianos, como la hacienda Nápoles, el edificio Mónaco o los suntuosos inmuebles del Cartel de Cali, pasaron a manos de la Dirección de Estupefacientes, que a su vez los utilizó para albergar oficinas públicas o para funciones sociales.
En el caso de Pablo Escobar Gaviria, los edificios Mónaco y Dallas, la hacienda Nápoles, en Puerto Triunfo, y la finca La Palma, en el sur del Aburrá, se convirtieron en las primeras propiedades a las que se les aplicó esta figura jurídica de extinción de dominio.
La Hacienda Nápoles
Después de su familia, su esposa y sus hijos, la hacienda Nápoles, en comprensión municipal de Puerto Triunfo, era la niña mimada de Pablo Escobar..
Allí celebraba sus fiestas, tenía un famoso zoológico, llevaba a sus invitados más encopetados, hacía deportes, y tenía hasta la avioneta en la que, según la leyenda, coronó el primer embarque de cocaína hacia los Estados Unidos.
Nápoles fue el símbolo del poder económico del temido narcotraficante. Por allí desfilaron políticos, periodistas, dirigentes populares y artistas.
Pero el robo, los saqueos, las invasiones y la desaparición de los elementos que la identificaron han cambiado la historia y la cara de estas 800 hectáreas de tierra en el Magdalena Medio.
Algunos animales pasaron a protección de las autoridades ambientales de la región, mientras que otros murieron, fueron pasto de otros animales, y algunos, como los grandes hipopótamos, deambulan por la zona con peligro para la comunidad y con la dificultad para ser trasladados a un hábitat propicio.
La Hacienda Nápoles, en el corregimiento Doradal, pasó a ser administrada por la Oficina de Estupefacientes y ahora, una porción de cien hectáreas, será destinada para la construcción de una cárcel mientras que el resto es propiedad del municipio de Puerto Triunfo.
Los lujos del edificio Mónaco y Dallas
En el sector de El Poblado, una zona que en la década de los ochenta se abría como barrio con mansiones, edificios de apartamentos lujosos, en el estrato seis de la ciudad, se observaba la riqueza de los narcotraficantes, toda su extravagancia y poderío económico y de intimidación.-
Una de esas propiedades fue el edificio Mónaco, levantado en el barrio Santa María de los Ángeles, en cuyas instalaciones Pablo Escobar se alojaba frecuentemente con su familia durante largas temporadas, y donde sufrió un potente atentado, con el primer carro-bomba que estalló en Medellín, en esa época de terror que vivió la capital antioqueña.-
El edificio Mónaco salió del anonimato en la madrugada del 13 de enero de 1988, cuando la explosión despertó la ciudad y causó cuantiosos destrozos en las residencias vecinas; y pocos en la propia edificación objeto del ataque terrorista, en el que murieron dos vigilantes.
Hoy, luego de los procesos de extinción de dominio carece de lujos la ostentación que podría darle su primer propietario, y cada día, convertido en oficinas, lo habitan los empleados de la Dirección Administrativa y Financiera de la Fiscalía Seccional Antioquia.
Con la construcción de una enorme edificación búnker, para integrar todas las dependencias de la Fiscalía en Antioquia, el edificio Mónaco pasará a manos del Ejército para destinarlo a vivienda de oficiales de la Cuarta Brigada.
También el Edificio Dallas se conoció siempre como una de las propiedades amadas del narcotraficante.
Ubicada en la Avenida El Poblado, en la conocida Milla de Oro, donde están las más lujosas propiedades residenciales y de oficinas, centros comerciales del sur de la ciudad, el edificio Dallas también sufrió un atentado terrorista y hoy está deteriorado, sin servicios públicos y, desde 1994, ocupado por una familia de desplazados.
Fue dinamitado el 19 de abril de 1993 por el recordado grupo “Los Pepes”, (Perseguidos Por Pablo Escobar) agrupación creada por Carlos Castaño para combatir al capo de Envigado y al Cartel de Medellín.
Un año después lo ocuparon y aún viven entre sus muros malolientes y sin servicios algunos cuidadores.
Los bienes del Cartel de Cali
Los decenios de los ochentas y noventas eran las épocas donde lo suntuoso y extravagante identificaba al Cartel de Cali.
Hoy en día son historia, anécdotas y parte de innumerables bienes que están en manos del Estado o en proceso de extinción de dominio, pero sin los cuidados que los narcos les daban debido a la cantidad de dinero que ostentaban.
José «Chepe» Santacruz Londoño, construyó la réplica del Club Colombia. Todo, dice el mito, porque no fue admitido como socio del exclusivo club de la sociedad caleña. Hoy el edificio está abandonado en poder del Estado.
La finca «Caballo Loco» de Gilberto Rodríguez, tenía como atractivo una piscina giratoria.
El edificio Conquistadores de propiedad de «Chepe» Santacruz, donde funcionó el primer almacén especializado para niños, se quemó el 24 de diciembre de 1984.
También están como referentes de lo que fue el poder de algunos narcos, el Palacio de Cristal de Juan Carlos Abadía, alias «Chupeta».
En general todos estos bienes estan abandonados o alquilados, sin el brillo que le daban sus dueños que hicieron realidad sus excentricidades gracias al poder del dinero del narcotráfico.
El hotel El Prado
Con una inversión que supera los 3 mil millones de pesos, se inició el proceso de recuperación de el hotel El Prado de Barranquilla, joya arquitectónica de la Costa Caribe, en proceso de extinción de dominio desde 1997.
El Hotel de propiedad de la familia Nasser Arana, fue asumido inicialmente por la Fundación Matamoros, pero debido a su deterioro administrativo y estructural, el gobierno nacional, a través de la oficina de estupefacientes, decidió entregarlo a la cadena de hoteles Dann.
El proceso de extinción de dominio de este inmueble, se inició por la investigación que adelanta la Fiscalía por los delitos de lavado de activos y narcotráfico.
Este patrimonio histórico de la ciudad tiene un valor comercial de 40 mil millones de pesos, genera 120 empleos fijos, 60 temporales y mil 160 indirectos.