HAVANA TIMES — Hoy, gracias al fenómeno audiovisual de ventas de series televisivas en los comercios de discos copiados de Cuba, la serie “Pablo Escobar: El Patrón del Mal”, se ha convertido en el fenómeno audiovisual que estremece la isla. La serie que, por controvertida, también en Colombia hoy resulta un hito, en Cuba, también lo está siendo. Jamás había sucedido algo parecido en el underground cubano.
En mi opinión semejante éxito llega revestido de un doble carácter. Pues, esta es la primera serie, luego del triunfo revolucionario, que el cubano mira sin que antes haya pasado por el tamiz del Centro de Estudios del Instituto Cubano de Radio y Televisión, donde; psicólogos, sociólogos, comunicadores sociales y sobre todo censores ideológicos deciden que puede, o que no puede ver el cubano en sus televisores.
Y, a mi modo de ver, lo más importante, es que ha regresado nuevamente al país ese viejo y difícil debate sotto voce de: — ¿hasta dónde calaron las influencias de Pablo Escobar en el Gobierno Cubano?— al menos, en esta telenovela, se hace evidente que iban más allá del general Ochoa y sus cómplices.
Por esto, muchos en Cuba hoy no se expliquen ¿por qué no ha habido todavía una cruzada contra sus vendedores?
Una señora en La Habana,que jura no haberse perdido un capítulo de la serie, estaba espantada de lo fácil que uno de los lugartenientes de Pablo Escobar entraba la droga a Cuba, para luego trasladarla a los EUA.
Luego, se le escuchó decir entre la sorna y el asombro. “Ahora, que estoy viendo la serie de Pablo Escobar, me convenzo más de que Ochoa fue un conejillo de indias.”
Los vendedores de discos piratas, a poco más de un año de haber tenido la autorización del Gobierno para tan singular negocio, ya no sólo le suben la parada a la censura, sino que también desplazan a la aburridísima televisión nacional a un último lugar del consumo audio visual en Cuba.
Hoy, con la venta de la historia de la vida de un hombre pobre y sin escrúpulos, que lo quiso todo en medio de una sociedad corrupta y de instituciones débiles, como Colombia. Mañana, quizás con La Serie Mundial de Beisbol, o con otro, no menos interesante serial.
Lo cierto es que el fabuloso trabajo actoral de Andrés Parra, a cargo de Pablo Escobar en el serial. Hoy nos resulta más seductor que cualquier dramatizado de la televisión cubana. Esta, quizás en su peor momento.
De manera que, el máximo responsable de la también ya conocida como narcocultura, Pablo Emilio Escobar Gaviria, es hoy en Cuba, gústele a quien le guste y pésele a quien le pese, ese tema fijo de la familia cuando sus miembros se sientan a mirar televisión.
Septiembre 26, 2012 |
Alfredo Fernández