“Escobar, el patrón del mal” retrata la vida de uno de los más poderosos narcotraficantes y atrapa a miles de espectadores.Neuquén > Edificada entre el mito y la realidad, la telenovela colombiana “Escobar, el patrón del mal” se introduce en la vida y “obra” del narcotraficante Pablo Escobar Gaviria para convertirse en un éxito indiscutido en todo el mundo, suscitar cambios en los hábitos de consumo de las audiencias y apasionar a los latinoamericanos.
Según mediciones de IBOPE, en nuestro país, la serie que se emite de lunes a viernes a las 22 logró aumentar los números de Canal 9, que llegan a alcanzar picos de 11 puntos de rating, algo que hace peligrar el regreso de «Duro de domar», el ciclo de PPT que solía ocupar esa franja horaria.
Algunos atribuyen la explosión que tuvieron tanto “El patrón del mal” como la novela brasilera “Avenida Brasil” en las pantallas nacionales estaría relacionado con una baja en la calidad de las producciones locales, sobre todo en materia de guión y presupuesto. Pero esa es sólo una de las aristas de este fenómeno, que quizás interese más a productores y a ejecutivos que a los televidentes.
Otro de los datos llamativos que surgen de distintos estudios y mediciones es que «El patrón del mal» tiene mayor proporción de audiencia masculina que femenina, convirtiéndose en el segundo contenido más visto por hombres en Argentina después del fútbol y programas de deporte.
Este no es un hecho aislado, sino que se replica en muchos de los 40 países (entre Latinoamérica, Europa, Asia, África y algunos estados de Estados Unidos) donde se emite.
Algunos estudios
En un intento por dilucidar por qué la serie se ha convertido en la favorita de la “tribuna masculina”, la psiquiatra chilena Maritza Bocic explicó a la revista La Tercera que “al igual que con otros villanos, ellos se identifican con él en forma narcisista. ¿Qué hombre no quisiera tener ese poder?”, aproximación que cobra mayor rigor si se tienen en cuenta diversos estudios que determinan que el narcicismo está más presente en la personalidad de los hombres que en las mujeres.
Por otra parte, un trabajo publicado por la socióloga Sara Konrath de la Universidad de Michigan revela que algunas definiciones sociales de masculinidad se superponen con el narcisismo: por ejemplo, la creencia de que los hombres deben ser arrogantes y dominantes. Dos características que, según retrata la serie, Pablo Escobar ostentaba. De ahí la posibilidad de la identificación.
Además, si bien la novela encierra contenido dramático, está fuertemente atravesada por las características de un thriller de acción, que -está comprobado, sobre todo en cine- es el predilecto de los hombres.
Más allá de esas particularidades, el psicoanalista Miguel López analizó para el diario la Gaceta el perfil de Escobar como motivo del éxito: “se ubicaba como un gran Otro en relación a los pequeños otros, razón por la cual no tuvo inconvenientes en constituirse en el dueño de una fortuna de miles de millones de dólares gracias al tráfico de drogas, y al mismo tiempo reivindicarse en forma constante como un hombre de izquierda y defensor de los intereses de los trabajadores y campesinos colombianos”.
Los números del éxito
Acercamientos más o menos acertados, es incuestionable que la novela en la que el actor Andrés Parra personifica a un inmejorable Escobar se ha convertido en un fenómeno global.
Con un costo de 170 mil dólares por capítulo y rodada en unas 450 locaciones entre Medellín, Bogotá y Miami, en su país el primer episodio, emitido en mayo de 2012, llegó a tener el 80% del share (porcentaje de espectadores). Además, a lo largo de toda su emisión, se ubicó rápidamente en la lista de las ficciones más vistas de la historia de Colombia, superando incluso a «Betty la fea» y «Café con aroma de mujer», dos telenovelas que también se exportaron al mundo y que fueron furor en Colombia.
De acuerdo con un análisis de la revista Dinero, «Pablo Escobar, el patrón del mal» logró un incremento de 79 % en el número de televisores encendidos durante el horario de emisión, algo nunca antes visto.
Aunque basada en el libro “La parábola de Pablo”, escrito por Alonso Salazar, periodista y ex alcalde de Medellín, la serie mezcla material de archivo con la ficción. Sin ir más lejos, muchos de los personajes que aparecen a lo largo de la serie no respetan los nombres reales del entorno de Escobar.
Sin embargo, “El patrón del mal” provocó tal impacto que muchos sectores criticaron la producción por “sacralizar” la figura del jefe del cartel de Medellín, al que se le atribuye más de cinco mil asesinatos. Algo que está muy lejos de las pretensiones de la serie, si se tiene en cuenta que fueron algunas de sus víctimas quienes contribuyeron a la elaboración de los libretos, Juana Uribe (sobrina del ex candidato a la presidencia de Colombia Luis Carlos Galán) y Camilo Cano (hijo menor del ex director del Diario El Espectador de Colombia), ambos asesinados en diferentes atentados organizados por Escobar.
A pesar de eso, el canal Caracol se vio obligado a emitir una serie documental paralela que recorrió la vida y hechos del narcotraficante, con la intención de evitar confusiones en los televidentes.
En ese mismo plan revisionista, el diario El Espectador publicó en su edición online la contextualización de los hechos que se iban mostrando en cada capítulo y se encargó de aclarar las dudas o inexactitudes que pudieran surgir de la trama.
“Entre los más grandes, todos conocíamos a alguien que tuvo alguna relación con las víctimas”, explicó Diego Ramírez, productor ejecutivo de la serie, intentado explicar el porqué de las reacciones negativas de los contemporáneos a Escobar, cosa que no sucedió con el público más joven.
Las narconovelas, un nuevo subgénero
Más allá del interés propio que genera un personaje como Pablo Escobar, la serie dedicada a su vida se enmarca en un nuevo fenómeno que se ha dado en llamar “narconovela”.
Cuando en 2006 el canal colombiano Caracol puso al aire “Sin tetas no hay paraíso”, logró un éxito indiscutido, y abrió la puerta a una temática antes exclusiva del cine. Provenientes básicamente de Colombia y Venezuela, este nuevo género televisivo cuenta con una gran popularidad en sus países de origen, porque los televidentes probablemente sienten que abordan un tema tan cotidiano como real. En cualquier caso, las narconovelas están pasando las fronteras y llegaron también a toda Latinoamérica.
Las narconovelas son productos que, si bien tienen en su estructura varios elementos provenientes de la telenovela tradicional, incorporan a la trama el conflicto del narcotráfico.
Otras producciones que también gozaron de gran popularidad en todo el mundo son: «Las muñecas de la mafia», «La Reina del sur» y «El Capo». Por ese motivo, el éxito de una serie centrada en la figura de Pablo Escobar, quizás el narcotraficante más poderoso de la historia, con un gran guión, era sólo cuestión de tiempo.