El procurador y el asesino

La lengua absuelta

carlos mauro hoyosMarta Ruiz recuerda la figura de Carlos Mauro Hoyos, y a John Jairo Velásquez, quien lo asesinó por órdenes de Pablo Escobar. Al hacerlo traza una radiografía social y cultural de un país que se acostumbró a la violencia.
Por: Marta Ruiz /  www.revistaarcadia.com
Publicado el: 2013-10-17

Casi nadie que tenga menos de treinta años recuerda quién era Carlos Mauro Hoyos.

Dicen que le gustaba la música de carrilera y tomar aguardiente a pico de botella, y que estaba tragado hasta las medias, como dicen en Antioquia, de su novia Vicky. Abogado, había sido congresista liberal por Antioquia y en septiembre de 1986 lo eligieron como Procurador General de la Nación, cargo que ejerció con gran temple. Tiempos remotos aquellos en los que la Procuraduría era temida por hacer justicia y por defender los derechos humanos.

Había criticado duramente la gran indiferencia de los colombianos. “Hago una convocatoria a la solidaridad. En el país no hay solidaridad permanente, hay una solidaridad de veinticuatro, cuarenta y ocho horas, o de un minuto de silencio cuando matan a un personaje”. Y también decía que la solidaridad colombiana era de clase, pues solo se conmovía el país por las víctimas prominentes mientras ignoraba a los campesinos y sindicalistas.

Estaba en contra de los grupos paramilitares, que habían actuado bajo la mampara legal de autodefensas por dos décadas, y a favor de que se hiciera expedita la extradición de narcotraficantes a Estados Unidos. En los días previos a su muerte, había criticado duramente a unos funcionarios del gobierno que dejaron libre a Jorge Luis Ochoa, uno de los jefes del Cartel de Medellín, que estaba preso. Les levantó pliego de cargos. Eso podía costarle la vida, le dijeron en ese momento. Apenas tenía cuarenta y nueve años.

Vivía en Bogotá pero cada fin de semana viajaba a Medellín para estar con su mamá. A veces con pocos escoltas. “Es que prefiero las guitarras a las ametralladoras”, decía.

Carlos Mauro Hoyos intentaba que este país no se le arrodillara a la mafia.

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jhon jairo velazquez alias popeyeCasi todos los que tienen menos de treinta años saben quién es Popeye.

A John Jairo Velásquez, el sicario predilecto de Pablo Escobar, le encanta salir en los medios. Durante veintitrés años ha hipnotizado a periodistas, políticos, y por supuesto al público, con sus macabros relatos, desde la cárcel. Sus intervenciones en la radio son profusas. Ha tenido espectacular despliegue en periódicos y revistas, y con el renovado furor que se ha desatado por Pablo Escobar, su cara aparece cada vez más en la televisión.

El último de sus performances fue en Semana, en septiembre. Popeye, el asesino narcisista, habla de su gran obra. Sobre sus crímenes dice que fueron trescientos. “Pero he participado y coordinado alrededor de tres mil muertes”. De cómo asesinó a su novia porque “las órdenes no se discutían”. Del secuestro a Andrés Pastrana, quien al saber que estaba en manos del Cartel de Medellín “se derrumbó”. Y de cómo el mismo día que liberaron a Pastrana mató a Carlos Mauro Hoyos por órdenes de Escobar.

“Me ordenó hacerle un juicio por traición a la patria, ya que tenía contactos con la DEA, y ejecutarlo. Yo seguí las órdenes, le dije que era su juez y que por traición a la patria estaba sentenciado a muerte. Él protestó indignado y empezó a gritar: ‘¿Cuándo traicioné a la patria?’. Y ahí lo maté”.

Alguien que tenga menos de treinta años, y que lea lo que dice Popeye, podría pensar que Carlos Mauro Hoyos fue un traidor de la patria. Cuando en realidad la patria lo traicionó a él.

El País de Madrid describió así su funeral: “El cadáver de este hombre que representaba la conciencia nacional, fue colocado en una capilla ardiente (…) pero la insolidaridad y el miedo son tan grandes hoy en Colombia, que por largas horas, en la noche de su velatorio, permaneció acompañado únicamente por sus familiares. Al entierro, que se celebró a las cuatro de la tarde de ayer, no asistió el presidente de Colombia Virgilio Barco”.

Popeye podrá haber sido un buen sicario. Pero es un mal historiador.

*Imagen 1: Carlos Mauro Hoyos, tomada de la Revista Semana.
Imagen 2: John Jairo Velásquez alias Popeye.

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