Autor: Redacción EL MUNDO
14 de Septiembre de 2013
Un fiscal ocupó con fines de extinción de dominio en El Poblado la finca Calandaima de propiedad de Pablo Escobar después de 20 años de anonimato judicial.
Un fiscal de la Unidad de Lavado de Activos ocupó con fines de extinción de dominio en El Poblado, Medellín, la finca Calandaima de propiedad de Pablo Escobar que después de 20 años permanecía en el anonimato judicial.
El predio que está fraccionado en dos haciendas tiene un valor de ocho mil millones de pesos.
El proceso de extinción de dominio se originó por evidencia de copias de un juzgado de Medellín dentro de una investigación que se adelantaba contra el cartel de Medellín por el secuestro de Jorge Enrique Casteblanco Fonseca.
La investigación en Medellín permitió descubrir que miembros del cartel de Medellín pretendían quedarse con la finca bajo falsas argumentaciones jurídicas, puesto que Casteblanco Fonseca denunció como uno de sus secuestradores a un socio de Pablo Escobar llamado José Fernando Posada Fierro.
Tras la captura de Posada Fierro, dentro de un proceso de colaboración con la justicia, reveló que él nunca secuestró a Casteblanco, sino que por el contrario, que Casteblanco también formaba parte del Cartel de Medellín y que era socio de Pablo Escobar y que entere los tres habían secuestrado a una tripulación de un barco que había perdido un cargamento.
Sobre la finca Calandaima, Posada Fierro contó que ese predio se lo había entregado a Pablo Escobar uno der sus socios dentro de una transacción comercial y que desde 1992 figuraba a nombre de una persona que limpiaba carros a la que le habían pagado 100 mil pesos por prestar su firma en una notaría.