EL CRIMEN DEL GERENTE DEL CARTEL DE CALI: UNA HISTORIA DONDE SE MEZCLAN LA FANTASIA Y LA REALIDAD

El narco asesinado de cinco balazos en la cárcel. Estaba en una prisión de máxima seguridad. Su fortuna personal se calculaba en US$ 2.000 millones
Por NELSON PADILLA. Bogotá. 8 Nov 1998 – Clarín
Helmer Pacho Herrera creyó tal vez haber alcanzado su última meta: salir con vida del negocio de la droga. Poderoso, influyente, calificado por la DEA como el gerente del Cartel de Cali, estaba recluido desde hacía dos años en la cárcel de máxima seguridad de la occidental ciudad de Palmira, Colombia, esperando cumplir con la ley para, a lo mejor, después dejar los negocios y descansar.

El jueves, un asesino a sueldo lo mató de cinco balazos.Herrera era un hombre de muchas historias, que siempre mezclaban leyenda y realidad, como aquella que lo llevó de ganar seis dólares la hora como mecánico en Nueva York, a finales de los setenta, a cobrar dos mil dólares por cada kilo de cocaína distribuido en esa misma ciudad entre los años 1983 y 1993.La DEA lo llamaba simplemente el gerente, porque además de ser el coordinador del envío de la droga, era el responsable de traer las ganancias a Colombia. Se estima que en diez años pudo haber ingresado al país alrededor de tres mil millones de dólares, en efectivo y diamantes.

A los 47 años, Pacho Herrera se consideraba más allá del bien y del mal, con una fortuna calculada en dos mil millones de dólares. Según su abogado, Gustavo Salazar, era un pacifista que esperaba cumplir sus años de reclusión para ir a descansar en sus fincas. Demasiado confiado, el 8 de octubre de 1996 reveló ante la policía que había prestado colaboración para que se capturara a Pablo Escobar Gaviria, en ese entonces jefe del cartel rival, el de Medellín. Acerca de quiénes fueron los que dieron la orden de asesinarlo, la policía sólo tiene conjeturas. Por ahora, la investigación apunta hacia los herederos de Escobar, que habrían querido vengar la delación de su jefe.

Herrera decía que había tenido que delatar a Escobar porque éste le había declarado la guerra en 1988. Fue Gilberto Rodríguez Orejuela- máximo jefe del Cartel de Cali, hoy preso en Bogotá- quien le informó a Pacho de los planes de Escobar. Pablo te quiere secuestrar. Va a interceptar muchos teléfonos y va a tratar de alcanzarte como sea. Entonces, de hoy en adelante te vamos a llamar Pacho, le dijo Rodríguez Orejuela.Herrera le contó a la Fiscalía que Escobar pagó a decenas de sicarios para que lo buscaran. El decía que yo le había robado cinco millones de dólares.

Pacho había sido socio de Escobar. Este, entonces, no le perdonó el supuesto robo de esos cinco millones. Y empezó atacando a los más allegados a Herrera. Secuestró y asesinó en Medellín a Hugo Valencia, que era como un hermano para Pacho. Valencia me enseñó este negocio, dijo Herrera.Después, Escobar trató de involucrarlo en secuestros y asaltos, y le facilitó datos a la policía para que siguiera los pasos de Herrera. Según éste, Escobar ordenó comprar un auto a nombre de Herrera que fue usado como coche bomba para matar al líder político Luis Carlos Galán, en 1989.

Ese mismo año -siempre de acuerdo con el testimonio de Herrera-, Escobar hizo enviar una maleta a la Florida con veinte kilos de cocaína, y en el ticket de identificación anotó el nombre de Herrera y el teléfono del departamento donde vivía.Una maleta idéntica fue enviada hacia Londres. Luego, a través de cartas, Escobar avisó a la DEA y a Interpol la llegada de la droga, que fue incautada. Esto sirvió para que se le hicieran cargos judiciales a Pacho Herrera. Pero la orden de matarlo casi se cumple en 1990, aprovechando Escobar la gran pasión de Herrera: el fútbol. Fue en una finca, donde participaban varios jugadores. Diecisiete futbolistas murieron acribillados.

Pacho escapó, y desde entonces su clandestinidad fue total. Salazar, el abogado de Herrera, definió a su cliente como un hombre tranquilo, que nunca respondió a la guerra iniciada por Escobar Gaviria. Pero ésta no es la opinión de la policía ni del Cartel de Medellín, que acusan a Herrera de haber empezado el conflicto cuando atentó contra el jefe de Medellín, el 28 de enero de 1988, con la explosión de un coche bomba en el edificio Mónaco. Pero después de la muerte de Escobar, en 1993, Herrera consideró sepultado todo enfrentamiento. En 1995, en una reunión entre los hermanos Rodríguez Orejuela, familiares de Escobar Gaviria, y Herrera, se habría sellado un pacto de paz.

En 1995 fueron detenidos los hermanos Rodríguez Orejuela. Entonces se desató una nueva guerra por el control de rutas y mercados del Cartel de Cali. Hubo cerca de mil asesinatos selectivos en la capital del Valle. Y nació una nueva generación de narcotraficantes, como los hermanos Arcángel y José Montoya, Raúl y Luis Grajales y Diego Montoña Sánchez. Estos traficantes del norte del Valle, según algunos investigadores, podrían ser los que instigaron el crimen de Pacho Herrera. Pero es una conjetura más.

El gerente del Cartel de Cali no parecía presagiar ese final. Según su abogado, era un hombre metódico, constante y estudioso. Se levantaba a las siete de la mañana a hacer pesas; después desayunaba lo que le preparaba su cocinero. Una hora más tarde, se dedicaba a estudiar Administración de Empresas, que cursaba a distancia. Después de almorzar, recibía la visita de su madre y de su hija adoptiva. Terminaba el día dedicado a leer libros de ayuda personal y de filosofía.Lo cierto es que el jueves, cuando jugaba al fútbol en la cancha de la cárcel y estaba por hacer un saque lateral, un sicario, Rafael Angel Uribe Serna, lo liquidó. Su pasión era el fútbol. Su historia, casi una leyenda.

EL ÚLTIMO PARTIDO DE PACHO HERRERA
Fecha de publicación 6 de noviembre de 1998

Hace ocho años, cuando jugaba un partido de fútbol, Hélmer Pacho Herrera escapó al cerco que le tendieron pistoleros del cartel de Medellín enviados por su archienemigo, Pablo Escobar. Ayer, cuando disputaba otro partido, en la cancha del pabellón de alta seguridad de la cárcel de Palmira, un sicario lo mató.

El pistolero llegó a las 9:20 de la mañana a la guardia de la cárcel. Se identificó como abogado, y su vestido de paño impecable lo respaldaba. Sacó su cédula No.18 152.686, expedida en La Hormiga, Putumayo, que lo identificaba como Rafael Angel Uribe Serna, de 32 años.

Con toda tranquilidad atravesó el callejón que conduce a la entrada del pabellón de alta seguridad y cruzó el detector de metales y los dos puestos de control sin levantar la menor sospecha.

Recorrió el patio principal, donde descansaban varios de los reos más peligrosos del país, y de inmediato entró a la cancha de fútbol. Vio a Pacho Herrera sentado en la banca del estadio, se le fue por la espalda, lo cogió por el cuello y le descargó siete tiros en la cabeza con una moderna pistola de fabricación alemana.
Ahí, en el frío pavimento, donde más de un capo suda la camiseta a diario, terminó la historia del vendedor de electrodomésticos que se convirtió en el cuarto hombre del cartel de Cali, del hombre que lideró la organización de Los Pepes, la misma que acabó con Pablo Escobar.
Y mientras los guardias auxiliaban a Herrera, sus compañeros de equipo y sus propios rivales deportivos, los del patio de la esperanza , cazaron al sicario e intentaron ajusticiarlo a patadas y puños.

Pero un comando policial ingresó a la cancha, retiró a los agresores por la fuerza y puso a salvo al pistolero, quien permanecía inmóvil y sangraba a montones.
Entre tanto, en la calle una sirena abría paso a una caravana de carros rumbo al Hospital San Vicente de Paul. En la camioneta del centro iba Pacho Herrera, vestido con una camiseta ensangrentada, una pantaloneta negra, canilleras y guayos.
Lo entraron a la sala de emergencias, pero la medicina ya no tenía nada qué hacer. Entró agonizante, las lesiones eran de suma gravedad y por eso murió , dijo el coordinador de urgencias, Gustavo Paredes.

El cuerpo sin vida de este hombre, que se sometió a la justicia el primero de septiembre de 1996 en la iglesia de Yumbo y que pagaba una condena de 14 años por narcotráfico, fue trasladado a la morgue y colocado sobre una mesa de cemento.
Afuera, docenas de policías y agentes del DAS trataban de controlar la avalancha de curiosos que querían saber la suerte del capo. Entre tanto, un comando de contraguerrilla montaba un cordón de seguridad alrededor del penal para entrar en acción en caso de que de se produjera un levantamiento de reos.

Hacia las 3 de la tarde, el comando policial trasladó al pistolero, en medio de sirenas, al Hospital Universitario del Valle, en Cali.
El paciente presenta una herida de tres centímetros en el lado derecho de la cabeza, un trauma cerrado en el tórax, contusiones en el brazo derecho y lesiones en el rostro. Permanece en observación con la posibilidad de ser intervenido quirúrgicamente , informó el director del hospital, Milton Mora.

A esa misma hora y hasta entrada la noche nadie había reclamado el cuerpo de Herrera, cuya muerte puede ser en detonante de una nueva guerra entre carteles.
CRONOLOGIA 1996 Septiembre 1. Luego de 16 meses de ser prófugo de la justicia, Hélmer Herrera se entrega ante el general Rosso José Serrano.

-Es trasladado al pabellón de máxima seguridad de la penitenciaría de Palmira.
-Reconoció que su fortuna la gastó en enfrentar a Pablo Escobar.
Septiembre 19. Acepta ante la Fiscalía cometer los delitos de narcotráfico, enriquecimiento ilícito, concierto para delinquir y lavado de dólares.

– Admitió que trabajó junto al extinto capo José Santacruz Londoño y otros integrantes del cartel de Cali para transportar cocaína a Estados Unidos.
1997 -Febrero 2. Se convierte en estudiante de Administración de Empresas en el interior de la penitenciaría de Palmira junto con Juan Carlos Ramírez Abadía Chupeta y Juan Carlos Ortiz Cuchilla .

-Abril 5. Estados Unidos cancela las visas a 257 personas, entre ellas a Hélmer Herrera.
Julio 6. Herrera es nombrado capitán del equipo de fútbol del pabellón de máxima seguridad de la Penitenciaría de Palmira.

-Julio 30. Ofrece entregar 4.000 mil millones de pesos a la justicia como multa para resarcir el daño hecho a la sociedad con sus anteriores actividades.

1998 Julio 15. En Cali es capturado su primo Pedro Nel Herrera Rivera. Es señalado de ser el responsable de la estructura financiera Pacho Herrera.

Julio 27: Su hermano, José Manuel Herrera, es capturado en Bogotá por el Ejército. Es sindicado por la Fiscalía de enriquecimiento ilícito, narcotráfico y lavado de dinero.
Octubre 1. Se salva de ser extraditado por delitos cometidos antes del 16 de diciembre de 1997 luego de que la Corte Constitucional respaldó la decisión de las cámaras de reimplantar la extradición sin retroactividad.

-Herrera era solicitado por Estados Unidos al igual que los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez y Juan Carlos Ramírez Abadía Chupeta .

PROCESOS PEDIDO EN EXTRADICION Hélmer Pacho Herrera era uno de los jefes del cartel de Cali solicitado en extradición por Estados Unidos. Los cargos: tráfico internacional de narcóticos.

El pasado 27 de marzo, un juez sin rostro de Cali, lo condenó a seis años y ocho meses de prisión y a pagar 1.160 millones de pesos como responsable de cometer los delitos de narcotráfico, enriquecimiento ilícito y concierto para delinquir.

El juez le concedió una rebaja de la tercera parte de su condena al aceptar su participación en el envío de dos cargamentos de cocaína a Estados Unidos.

Además, reconoció que ingresó al país más de 1.000 millones de pesos producto del narcotráfico.

Seis meses después, El Tribunal Nacional, en una decisión de segunda instancia, modificó la sentencia del juez y condenó a Herrera a 14 años de prisión y al pago de una multa de 1.246 millones de pesos.

Su abogado, Gustavo Salazar Pineda interpuso en su momento un recurso para que el proceso finalmente fuera fallado por la Corte Suprema de Justicia.

LA INVESTIGACION Sobre cómo Rafael Angel Uribe Serna se hizo al arma de fuego con la que asesinó a Hélmer Herrera Buitrago en el interior de la Penitenciaria de Palmira (Valle), se centrará la investigación del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec).

Así lo informó la directora de ese organismo, Carmen Lucía Tristancho Cediel, minutos antes de viajar a Palmira para asumir directamente la investigación del hecho.

Según la funcionaria, se está tratando de establecer si el sicario entró con el arma o le fue proporcionada adentro del penal y, además, si existe un vínculo con algún miembro de la guardia o un recluso.

Tristancho dijo que en el informe del director de la Penitenciaria de Palmira se asegura que al homicida se le hicieron las requisas correspondientes y que por eso se le permitió el ingreso al establecimiento.

Según el Inpec, a las 9:30 a.m. de ayer llegó al penal un hombre que se identificó como Rafael Angel Uribe, presentándose como abogado y mostrando la cédula y su tarjeta profesional, y dijo que iba a visitar a Luis Fernando Lozano García, quien se encuentra recluido en ese centro por hurto calificado.

Se le procede a dar la autorización, se le hacen las requisas necesarias, entra y se dirige a la oficina jurídica , dijo Tristancho.

Para llegar a ese despacho hay que pasar por la cancha de fútbol del penal, donde se estaba jugando un partido de los II Juegos Penitenciarios y que era observado por todos los reclusos.

Cuando Uribe sale de la oficina jurídica pasa otra vez por la cancha, saca un arma de fuego y dispara contra Herrera, que estaba viendo el partido. Posteriormente, el asesino es capturado por los miembros de la guardia.

La directora del Inpec aseguró que el organismo no tenía información sobre amenazas en contra de Herrera y que, además, desconoce la existencia de posibles atentados contra otros narcotraficantes recluidos en las cárceles colombianas.

Los pabellones de alta seguridad siguen siéndolo; Pacho Herrera quería ver los juegos y por eso se le dio la autorización, por eso se encontraba en la cancha, fuera del pabellón , puntualizó Tristancho. DE COMERCIANTE A CAPO La carrera delictiva de Hélmer Pacho Herrera, desde que era un pequeño comerciante de esmeraldas hasta convertirse en un poderoso lavador de dólares y posteriormente en narcotraficante, fue contada por el propio Herrera a la Fiscalía, durante las sesiones de indagatoria ante el organismo investigador. Los siguientes son extractos de esa historia, contenida en el libro Rehenes de la Mafia : Había llegado a Estados Unidos a la edad de 22 años y obtenido su primer empleo en Nemac Corporation. Asumió aquello como un asunto temporal y pronto, con ahorros de su salario, Hélmer Pacho Herrera se convirtió en un mercader de pequeña escala. Compraba calculadoras y relojes electrónicos, incluso electrodomésticos y los enviaba a Colombia, en donde su precio era significativamente mayor. Para 1976, sin reparar excesivamente en la condena que en su contra dictó un juez federal incursionó en el mercado negro de las transacciones de diamantes y joyas italianas. Entonces, a instancias de Ramiro Herrera, su hermano, apareció la primera oferta para que actuase como lavador de dólares. Ramiro conocía a un individuo que decía llamarse Hugo Hernán Valencia Fierro. Este tenía una nueva actividad que proponerle. En principio, los montos de las transacciones de lavado de dólares con Hugo Hernán Valencia fueron equivalentes a lo que el propio Herrera estaba en capacidad de reintegrar en caso de descalabro. Sin escuchar razones, impregnado de su propia ley de vida: La plata busca la plata , Hugo Hernán Valencia le había propuesto entonces enviar cocaína a Estados Unidos, advirtiéndole que utilizaría una red absolutamente segura. Yo le dije que mi pensamiento era muy diferente, pues que yo había hecho un análisis y que el negocio de traer dólares era más rentable y menos riesgoso, tanto físicamente como económicamente. Pero Hugo se había convertido en gran amigo y protector de mi persona… El me insistió que no lo hiciera como negocio sino como ayuda mutua y, como él me daba la libertad de escoger en cuánto me apuntaba o me ayudaba, yo en ese momento con su insistencia, me apunté en diez kilos… Se multiplicaron así las nuevas ofertas para apuntados y operaciones… .

Publicación
eltiempo.com
Sección
Nación
Fecha de publicación
6 de noviembre de 1998

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