Por BBC Mundo
Hace ya varias semanas que el nombre de Pablo Escobar suena de nuevo con fuerza en los medios colombianos y su imagen también se ha convertido en una presencia constante.
En esta oportunidad, sin embargo, no son las páginas judiciales las que se ocupan del famoso narcotraficante, traído de regreso una ambiciosa serie para televisión que acaba de estrenarse.
Escobar: el patrón del mal, de Caracol Televisión, no es la primera serie colombiana inspirada por la figura del ya fallecido jefe del Cartel Medellín, pero por el tamaño de la producción es considerada la más ambiciosa hasta la fecha.
Sobre todo, se trata de la primera producción de gran envergadura que emplea abiertamente el nombre del capo, quien llegó a declararle abiertamente la guerra al Estado colombiano y a quien se acusa de haber sido responsable de al menos 4.000 muertes directas.
«Era como si en la familia algo grave hubiera pasado y todo el mundo tenía que esperar a que el tiempo pasara para tocar ese tema», le dijo a BBC Mundo el director de la serie, Carlos Moreno, cuándo se le preguntó por qué Colombia se había tardado tanto en llevar al cine o a la televisión a un personaje que definió una compleja era.
«Es un asunto muy doloroso», explicó Moreno, quien destacó además el esfuerzo puesto en la serie para respetar al máximo la memoria de las víctimas del narcotraficante.
Tabú
El paso de tiempo también ha ayudado a disipar algunos miedos vinculados a la figura del capo.
«Cuando la figura pasa a ser leyenda y mito, la gente ya lo puede nombrar más fácil», le dijo a BBC Mundo César Paredes, periodista de la revista Semana.
Y, como explica Paredes, las relaciones entre Escobar e importantes actores políticos y económicos del país hicieron que esos temores no murieran junto al narcotraficante.
Los esfuerzos de Colombia por deshacerse del estigma de nación de narcos también explican en parte el silencio relativo que ha rodeado al polémico personaje.
Y un ejemplo anterior de la tensión entre las oportunidades ofrecidas por la figura de Escobar, y el miedo a ser injustamente definidos por esa parte del pasado, también lo ofrecen los «tour de Pablo Escobar» ofrecidos desde hace un par de años por al menos dos agencias turísticas de Medellín, en medio de las protestas de las autoridades.
No hay que perder de vista, sin embargo, que los recorridos guiados por los lugares vinculados a la vida -y la muerte- de Escobar ya eran parte de la realidad de Medellín antes de que la creación de los tours «oficiales».
Y de la misma manera, la historia de Pablo Escobar nunca dejó de circular de boca en boca entre los colombianos.
«Lo que sé de Escobar lo sé por historias de mi familia», le dijo a BBC Mundo Marcela Méndez, de 18 años.
«Yo sólo tenía tres años (cuando murió Escobar) pero esas cosas no se olvidan, porque muchas de nuestras familias no sólo vivieron el momento, sino que cuando salían a la calle explotaba una bomba cerca», dijo Antonio Pinillos, un estudiante de 21 años.
Recuperar la memoria
Pinillos, sin embargo, no duda en reconocer que a casi 19 años de la desaparición física de Escobar, tanto él como los jóvenes de su generación por lo general tienen una imagen incompleta y fragmentada del capo.
Y así, mientras que para algunos el fundador del Cartel de Medellín no pasa de ser un narco más, para otros es casi la encarnación del mal o, por el contrario, un personaje idealizado.
Por eso, para Carlos Moreno, uno de los principales propósitos de la nueva serie de televisión es ayudarle a las nuevas generaciones a entender mejor al personaje, sus motivaciones y las consecuencias de sus actos.
«En Colombia, y en general en Latinoamérica, en general nosotros aún tenemos la explicación incompleta de qué es lo que ocurre, ocurrió, sigue ocurriendo y va a ocurrir con el narcotráfico», dijo Moreno.
Y aunque el director reconoce que la historia de Escobar es demasiado compleja como para agotarla en una película, o una telenovela, confía en que su serie pueda ayudar tanto a la recuperación de la memoria como a la promoción de la reflexión y el debate.
Por lo pronto, eso ya lo han conseguido las semanas dedicadas a la promoción del programa.
Y romper definitivamente con el tabú en torno a Escobar podría ser una condición necesaria para que Colombia pueda hacer algo productivo con uno de los capítulos más dolorosos de su pasado.
«Escobar: el patrón del mal»
Con más de 1.300 actores y filmada con óptica de cine en cerca de 450 locaciones de Miami, Bogotá, Medellín y la costa del caribe y los llanos colombianos, «Escobar: el patrón del mal» es una de las producciones más ambiciosas en la historia de Caracol Televisión.
La serie está basada en el libro La parábola de Pablo -considerado por muchos como una de las obras más completas sobre la vida de Escobar- y según la televisora también está «alimentada de una buena dosis de ficción, de varios documentos periodísticos y testimonios reales».
Lo más destacado, sin embargo, tal vez sea la participación en el proyecto, como productores generales, de los familiares de dos de las víctimas más emblemáticas de Escobar: Juana Uribe -sobrina del político Luis Carlos Galán- y Carlos Cano -hijo del exdirector del diario El Espectador, Guillermo Cano.