Golpe final a Los Priscos sicarios del cartel de Medellin

Los Priscos asumieron una posición mayor relevancia dentro del cartel de Medellín en 1990 tras la muerte de John Jairo Arias (Pinina), Gustavo Gaviria y Luis Fernando Gaviria (Abraham), primo de Pablo Escobar.

Los priscos fotosA finales de 1990 Armando Prisco se enfrentó a una patrulla de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol (Dijin) y el último tiro se lo propinó en su propia cabeza. Los atacantes abandonaron el lugar y los medios de comunicación difundieron la noticia de su muerte. Sin embargo Conrado Antonio el médico hermano de Prisco, lo llevó una clínica, y logró salvarle la vida.

Entonces uno de los hombres de Armando Prisco, convencido la muerte de su jefe, se gastó varios millones de pesos colombianos que le tenía guardados. Tras la inesperada recuperación de Armando, y como debía responder por el gasto del dinero, prefirió colaborar con las autoridades informando a la policía que Prisco se recuperaba en una finca de Llano Grande. Luego entregó la ubicación de Ricardo en el barrio Conquistadores. Una vez localizados los sitios frecuentados por los hermanos, los generales Miguel Maza Márquez y Octavio Vargas Silva dieron la orden a la Fuerza Elite de alistar a 250 de sus hombres.

Cerca de un centenar de agentes acordonó la carrera 64D con calle 39, barrio Conquistadores de Medellín (a dos cuadras del lugar donde había caído meses antes Gustavo Gaviria, jefe del cartel de Medellín), y tomó por asalto la lujosa casa.

A la medianoche del 22 de enero de 1991 las autoridades iniciaron el asalto y desde el interior de la casa hubo respuesta armada y un frustrado intento de fuga. Para entrar en el edificio, los expertos se vieron obligados a dinamitar las cerraduras de la puerta. A sus 33 años de edad, David Ricardo recibió diez impactos de bala por parte de la Policía, y resultó muerto en enfrentamiento.​ Según las autoridades, en ese momento David Ricardo era considerado como el noveno hombre en importancia dentro de la estructura del Cartel de Medellín.​ De acuerdo con un comunicado de Los Extraditables, David Ricardo fue asesinado delante de sus hijos y de su esposa embarazada.

Por su parte, Vidal de Jesús Osorio Valencia, quien trató de cubrir la fuga de David Ricardo, recibió nueve impactos de ametralladora.

El mismo día, en la vereda Cabecera, de la inspección de Llano Grande (donde había sido capturado Carlos Lehder) las autoridades llegaron a una finca donde de inmediato se produjo un enfrentamiento armado en el que murió Armando Prisco quien se encontraba paralítico según un posterior comunicado de Los Extraditables. En su contra tenía dos órdenes de captura: de la Sala Penal del Tribunal de Medellín por hurto y del director de la Cárcel de Bellavista de Medellín, por fuga de presos.

Con la muerte de los hermanos, Los Priscos fue desmantelado de facto, si bien algunas de las acciones iniciadas por el grupo les sobrevivieron por algunos días. En el momento de su muerte, Los Priscos eran buscados por haber ordenado el asesinato de 50 agentes de la policía durante varios atentados, y por otros nueve asesinatos.

Caso Turbay
Artículo principal: Secuestro y muerte de Diana Turbay

La periodista Diana Turbay, hija del expresidente Julio César Turbay, acudió el 30 de agosto de 1990 a una entrevista con Manuel Pérez Martínez (El Cura Pérez)’, del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Se trataba en realidad de una trampa de Pablo Escobar en la que un hombre que pertenecía a Los Priscos se hizo pasar por vocero del ELN.

Así, Diana Turbay se convirtió en la primera de un grupo de personalidades secuestradas para intentar bloquear la ley extradición.

El 25 de enero de 1991, una operación perpetrada en Copacabana (Antioquia) que inicialmente buscaba capturar a Pablo Escobar, accidentalmente terminó con la muerte de Turbay y cuatro de sus secuestradores entre los que encontraba Humberto Prisco, un pariente cercano de los hermanos Prisco, y quien estaba encargado de la seguridad y el traslado Turbay.

También murió Diego Mauricio Lopera, otro familiar, así como José Domingo Correa a quien el D.A.S señaló como miembro de Los Priscos.

Por su parte, la Policía reveló que Humberto Prisco, cuyo cadáver fue hallado en un paraje boscoso, fue ejecutado por los narcotraficantes como represalia por lo ocurrido.

Según los investigadores, la casa donde se desarrolló el operativo pertenecía a David Ricardo Prisco, pero aparecía registrado a nombre de un testaferro.

Estos echos ocurrieron menos de una semana después de la muerte de David Ricardo y Armando Prisco y Vidal de Jesús Osorio Valencia, un primo suyo.​

La periodista Azucena Lievano secuestrada junto a Turbay, y que había sido liberada con anterioridad, reconoció a David Ricardo como el hombre que se hacía llamar «Don Pacho», jefe del operativo y de quien prácticamente dependía su suerte durante el cautiverio.
Represalias por la muerte de los hermanos Prisco

En represalia por la muerte de David Ricardo y Armando Prisco, Los Extraditables planearon asesinar a un grupo de rehenes que tenían en su poder desde meses atrás. Según el plan matarían primero a Marina Montoya y luego uno cada tres días.

Finalmente solamente asesinaron a Montoya, mientras que Diana Turbay resultó muerta durante un operativo policial, y el resto de los rehenes fueron rescatados o liberados antes de finales del mes de mayo siguiente.

Marina Montoya era hermana de Germán Montoya Vélez, secretario de la Presidencia de la República durante el gobierno de Virgilio Barco. La mujer de 64 años de edad fue secuestrada por Los Extraditables el 19 de septiembre de 1990 en horas de la tarde.

El 24 de enero de 1991 se practicó el levantamiento del cadáver de Montoya, tras ser encontrado en un terreno baldío de la calle 193 entre carreras 39 y 40 de Bogotá. La muerte fue producida por seis lesiones de arma de fuego en la cabeza, todas con orificio de salida. Como el cadáver estaba indocumentado, se ordenó su identificación dactilar.

Montoya fue sepultada como NN después de permanecer una semana en el Instituto de Medicina Legal. Días después, sus restos fueron exhumados y se logró identificar el cuerpo. Durante los 120 días de su cautiverio los captores no enviaron ninguna prueba de supervivencia ni hicieron exigencia alguna a la familia de Montoya.

Por otra parte, Escobar ordenó que ejecutaran al informante que además de delatar a los hermanos Prisco, había llevado a las autoridades adonde Jorge Vásquez, el hombre encargado de guardar a Diana Turbay y sus compañeros.

Por petición de la Policía, el informante llamó al hombre de relevo en el mando de Los Priscos para invitarlo a una reunión donde intentarían capturarlo. El delator llegó a la cita y Los Priscos, unos quince en total, los asesinaron con armas de fuego. Rápidamente aparecieron vehículos con policías de civil, pero delincuentes lograron escapar.

Plaza de Toros La Macarena.

Sin embargo la represalia más fortifera llegó el 16 de febrero de 1991, minutos después de las dieciocho horas, cuando finalizó una corrida de toros en la Plaza de Toros La Macarena. Un hombre enviado por Pablo Escobar hizo detonar un carro bomba estacionado a unos metros de la plaza, con el objetivo de volar a un grupo de la Policía para vengar la muerte de los hermanos Prisco.

En este atentado perecieron veinte personas entre ellas seis agentes de policía y tres suboficiales. Además 134 civiles resultaron heridos.

El Doctor Prisco

El médico Conrado Antonio Prisco Lopera, quinto hermano de la familia Prisco, fue secuestrado el 16 de febrero de 1991 y su cuerpo sin vida fue hallado cinco días después en una vereda de Cocorná.

En su libro “Operación Pablo Escobar”, el periodista Germán Castro Caycedo revela una conversación en la que Pablo Escobar le pide un favor a un Senador de la República:​ “Necesito que me haga nombrar a un muchacho médico como subdirector de uno de los hospitales de Medellín. Usted recuerde que la campaña para el Senado la hizo con mi plata. Démele inmediatamente trabajo a ese muchacho”. El Senador le responde: “Sí señor, cómo no, cómo no. Tranquilo que será nombrado inmediatamente. Eso está hecho, no se preocupe”.

El médico en cuestión era Conrado Antonio Prisco, quien al momento de su muerte a los 35 años de edad, trabajaba en el Instituto Metropolitano de Salud y dos semanas antes de su asesinato, en fecha cercana a la de la muerte de sus hermanos David y Armando, había sido promovido en el Hospital San Vicente de Paúl. Esa promoción se debió a la solicitud que le hizo Escobar al Senador de la República.

El médico, egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, fue acusado poco antes de su muerte por los organismos de seguridad del Estado de pertenecer a Los Priscos. Por su parte, el comandante de la Policía Metropolitana, Jorge Ernesto Ferrero, aseguró que Prisco no figuraba en los archivos de la Policía como integrante de la banda de Los Priscos ni era requerido por ningún despacho judicial.

Varios de sus allegados desmintieron que su Conrado Prisco tuviera algo que ver con los delitos de sus hermanos. Poco después, desconocidos asesinaron a un primo de Conrado Prisco.

Modus operandi

Los Priscos operaban a través de contratistas como «Los Quesitos» o «Los Magníficos».​ Sus operaciones presentaban rasgos recurrentes como eran la intervención de varias personas, sicarios, uso de automotores y ataques en plena vía pública. También acostumbraban realizar una preparación detalla del escenario, dar recompensas de elevadas cantidades de dinero, anticipaban una compartición en el iter criminis para favorecer la impunidad, ejecutaban asesinatos con precisión, y buscaban garantizar de la fuga de los asesinos.

En todos los crímenes de utilizaron armas automáticas, en especial subfusiles, pistolas calibre 45 y granadas de fragmentación. Los vehículos empleados en los operativos fueron comprados legalmente o rentados. Se utilizaron generalmente automóviles de marca Mazda y motos Yamaha.

Para planificar los atentados en Bogotá, los principales integrantes del grupo generalmente se desplazaban en avión desde Medellín, y se alojaban en hoteles como el Dann, Cosmos, Bogotá Plaza y Continental, donde se registraban con documentos falsos. Los sicarios contratados por los hermanos Prisco se desplazaban por carretera y se alojaban en hoteles de menor categoría o en apartamentos alquilados.

Miembros desvinculados
John Jairo Arias, alias Pinina, fue un delincuente destacado dentro de la organización del cartel de Medellín. Era un exintegrante de Los Priscos.

El paramilitar Henry de Jesús López Londoño, alias Mi Sangre, capturado en Argentina en 2012, había sido sicario de Los Priscos pero, por amenazas, en 1991 se pasó al bando de Los Pepes (‘Perseguidos por Pablo Escobar’), donde conoció a Vicente Castaño y estrechó relaciones con la «Casa Castaño».

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