1989, uno de los años más violentos de nuestra historia
Por rcnradio.com 02 de Enero 2019
30 años después, mirada a 1989, uno de los años más violentos de nuestra historia
La lucha antinarcóticos a nivel mundial se centró en Colombia, donde estaban los dos carteles más poderosos de la época.
En 1989 los cambios del mundo frente a la lucha contra el narcotráfico, especialmente desde Estados Unidos, miraron directamente a Colombia, pues los carteles de droga más importantes del planeta tenían en su nombre dos ciudades del territorio nacional.
Andrés Suárez, investigador y experto en el conflicto armado interno, explica porqué se configuró la intención por parte de los narcotraficantes de desafiar al Estado colombiano enviando un mensaje en contra de la extradición.
“Aumentan enormemente los temores de los extraditables y los radicaliza, el Cartel de Medellín es el más importante del mundo junto con el Cartel de Cali, y eso afecta a Estados Unidos por ser un problema de seguridad nacional que tiene incidencia en la agenda global y que pone a Colombia en el centro“, destaca.
En la campaña por doblegar al Estado colombiano, los narcotraficantes buscaron aliados que tuvieran precio. De esa forma el conflicto armado también se articuló a la realidad de 1989, uno de los años más violentos de la historia reciente.
“En Colombia se había vivido una ambigüedad, pues el narcotrafico era aliado del Estado en la lucha contrainsurgente pero era enemigo por la lucha contra el narcotráfico, dualidad que permitió al paramilitarismo entrar a apoyar a muchos grupos de autodefensas que terminaron en paramilitares, se volvió insalvable porque se había radicalizado la lucha contra el narcotráfico“, agrega Suárez.
Empezaba la segunda mitad del mes de Enero y el departamento de Santander se convirtió en noticia. Doce funcionarios judiciales de una comisión que investigaría los crímenes del paramilitarismo en el Magdalena Medio, fueron asesinados en la vereda La Rochela, en el municipio de Simacota, la mañana del 18 de enero. En medio de esa alianza entre narcotraficantes, paramilitares y el mismo Ejército, se configuró el primer hecho violento del que se tiene registro en 1989.
Asesinato de José Antequera
No solo los funcionarios judiciales se convirtieron en blanco de la violencia en 1989. Los dirigentes de izquierda, en medio del auge del paramilitarismo, el narcotráfico y la alianza con organismos estatales, terminaron asesinados.
La primera víctima de la que se tiene referencia fue Teófilo Forero, dirigente obrero y fundador de la Confederación Sindical de Trabajadores de Colombia. El 27 de febrero fue asesinado junto con su esposa en Bogotá, ciudad en la que vívía, tras salir amenazado de su natal Natagaima en Tolima.
Cuatro días después, en el Aeropuerto El Dorado, también en la capital de la República, muere a manos de sicarios José Antequera, miembro de la Unión Patriótica y secretario general del Partido Comunista Colombiano.
En el mismo hecho, el entonces precandidato liberal Ernesto Samper, resultó herido. Versiones sin confirmar señalan que la misma arma terminó con las vidas de Bernardo Jaramillo, Carlos Pizarro, Luis Carlos Galán y José Antequera, este último fuerte crítico del paramilitarismo.
Asesinato del coronel Valdemar Franklin Quintero
La lucha contra el Cartel de Medellín se libró en todos los escenarios pero intentó centrarse en la propia capital de Antioquia, desde donde el capo Pablo Escobar daba las órdenes. El coronel Valdemar Franklin Quintero fue asignado como comandante de la Policía de Antioquia y decidió enfrentarse al poder de la organización narcotraficante.
El 4 de julio, en un atentado dirigido contra el coronel Quintero, es accionado un carro bomba al paso de una comitiva oficial. La víctima resulta ser el gobernador de Antioquia, Antonio Roldán, en un hecho en el que mueren otras cinco personas más del esquema de seguridad del mandatario.
El coronel Quintero y las personas que lo rodeaban, sabía que lo iban a matar, que era cuestión de días o semanas para que la amenaza de Escobar se concretara luego de los intentos fallidos por sobornar al oficial y de haber recibido como respuesta golpes contra el Cartel de Medellín.
A las 6:15 de la mañana del 18 de agosto, cuando se dirigía a su oficina, la amenaza se concretó. El conductor que acompañaba al coronel Valdemar Franklin Quintero le contó al diario El Colombiano, en 2017, algunos detalles de lo ocurrido.
Asesinato de Luis Carlos Galán
Colombia vivía las primeras horas del estupor por el asesinato del comandante de la Policía en Antioquía cuando unas horas más tarde se concretó otro de los hechos que cambió el panorama político del país.
Luis Carlos Galán, el más firme aspirante a la presencia de la República, el candidato con el mayor respaldo popular y uno de los mayores críticos del narcotráfico y su influencia en las esferas políticas y de poder del país, en medio de uno de los eventos de su campaña en el municipio de Soacha, sufre un atentado sicarial del que no salió vivo. La noticia se tomó unos pocos minutos para que fuera titular en los medios del país y del mundo.
El presidente de entonces, Virgilio Barco, anunció en medio de un consejo de Ministros un decreto de Estado de sitio en el que se tomaron medidas contra el narcotráfico, como la extradición vía administrativa y la expropiación de los bienes de la mafia. A Colombia la delincuencia organizada le declaró la guerra y la comunidad sufría las consecuencias.
Atentado contra el Espectador y asesinato de Jorge Enrique Pulido
El narcotráfico pretendía que el Estado colombiano se arrodillara antes sus pretensiones y con asesinatos selectivos, como el de Luis Carlos Galán, generar conmoción en el país.
Según el investigador y experto, Andrés Suárez, como consecuencia de esa guerra frontal entre los carteles y el país, se toma una decisión crucial que propiciaría el fin de Pablo Escobar.
«Una de las decisiones más importantes es que se crea el bloque de búsqueda, famoso por el resultado de 1993 cuando cae Pablo Escobar, pero es en este año que se crea, con el Ejército y la Policía, haciendo parte de la radicalización la lucha contra el narcotráfico», dijo.
Todos los actores de la sociedad terminaron afectados por la decisión de los carteles especialmente por el de Medellín. La prensa no se escapó a esa intención criminal y en las primeras horas del 2 de septiembre, el diario El Espectador fue objeto de un atentado terrorista que dejó como consecuencia alrededor de 73 personas heridas y graves daños materiales a la sede. Los gremios periodísticos del mundo se solidarizaron con los medios colombianos ante las acciones de los carteles intentando callar la prensa.
Al día siguiente, la portada del diario tenía la frase “seguimos adelante“; fue el mensaje que resumió la decisión de los medios por continuar informando a pesar de los riesgos y amenazas que también se concretaron como el caso del periodista Jorge Enrique Pulido.
Pulido, luego de varias denuncias contra el Cartel de Medellín a través de los espacios informativos que dirigía en los canales abiertos de televisión, recibió amenazas que se incrementaron en la medida en que transcurrían los días.
El 29 de octubre, Jorge Enrique Pulido terminó de presentar la emisión dominical de su noticiero Mundo Visión. Al salir de las instalaciones de Inravisión en el centro de Bogotá, dos sicarios le dispararon en cuatro ocasiones causándole heridas graves que terminaron con su vida 10 días después.
El espacio denominado Galán Vive, semanas después del asesinato del dirigente liberal, fue uno de los últimos especiales presentados por Pulido.
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Atentado al avión de Avianca
Los asesinatos ocurridos durante 1989 no solamente fueron selectivos. Con los atentados terroristas el espectro de las víctimas se amplió y los ataques cobraron las vidas de decenas de personas.
El 27 de noviembre, bajo la silla 14F del vuelo 203 de Avianca que cubriría la ruta Bogotá-Cali, estalló el explosivo que generó una reacción en cadena y que terminó con la desintegración de la aeronave sobre el espacio aéreo de Soacha.
En total 110 personas murieron entre las que estaban dos ciudadanos estadounidenses, por lo que el gobierno de ese país asumió a través del FBI la investigación por lo ocurrido. Dandenys Muñoz Mosquera, miembro del Cartel de Medellín, fue condenado a diez cadenas perpetuas en la prisión federal de máxima seguridad en Florence, Colorado.
El hecho del cual se dijo se trataría de un atentado contra el candidato presidencial Cesar Gaviría, era informado a través de los medios inicialmente como un accidente cuyas causas aún se desconocían.
Bus bomba contra el edificio del DAS
El ultimo mes de 1989 empezó también de forma trágica. Setenta personas perdieron la vida en medio de un atentado terrorista ordenado por el capo Escobar. Un bus cargado con 500 kilos de explosivos estalló frente a las instalaciones del edificio del DAS ocasionando daños en al menos 12 cuadras a la redonda.
El general Miguel Maza Márquez, para entonces director del DAS y quien salió ileso del ataque, dijo en RCN Radio que era un atentado en su contra.
Muere Rodríguez Gacha
El primer resultado del bloque de búsqueda, creado tras el asesinato de Luis Carlos Galán con el objetivo de afectar a los cabecillas de los carteles, especialmente al de Medellín, se produjo a mediados de diciembre.
La operación Apocalipsis terminó con la muerte de Gonzalo Rodríguez Gacha, socio de Pablo Escobar, el 15 de diciembre. Con su baja a manos de la Fuerza Pública, perdió el Cartel de Medellín la capacidad de manejo de los grupos ilegales con los que se alió.
“Cae ese enlace del Cartel de Medellín con el paramilitarismo del Magdalena Medio, pues fue el promotor, financiador y organizador de muchos grupos paramilitares del país, y las tensiones se van a agravar mucho más porque ya no hay un interlocutor con quien hablar porque Pablo Escobar no está tan cerca de la lucha contrainsurgente como lo estaba Gacha“.
Asesinatos a Policías
Los registro de la violencia durante 1989 también destacan el asesinato del arbitro de fútbol Álvaro Ortega, quien anuló un gol a Independiente Medellín en un partido contra el América. El referi fue amenazado por Pablo Escobar por la decisión que afectó al equipo del que era aficionado. Por este hecho se suspendió el campeonato nacional de fútbol durante el mismo año.
En total 731 policías fueron asesinados en hechos atribuidos al Cartel de Medellín que ofreció a sicarios un millón de pesos por cada uniformado muerto.
El año de 1989 será recordado como un punto de inflexión para la historia del país, por el reto que significó para el Estado enfrentarse a los poderosos carteles de la droga más importantes del mundo.
Originalmente publicado enmayo 8, 2020 @ 4:26 pm